Jesús declaró: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Él sabía que sus seguidores enfrentarían persecución, temor y dudas, por eso les aseguró que el Espíritu Santo sería su Maestro y recordador de todas las enseñanzas. Esta promesa no fue solo para ellos, sino para todos los creyentes en Jesucristo.
El Espíritu Santo es quien nos ayuda a comprender las Escrituras y aplicarlas en nuestra vida diaria. Pablo lo confirma: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).
👉 Nota: El Espíritu Santo no solo nos recuerda lo que Jesús enseñó, sino que nos capacita para obedecerlo. Con Su ayuda, la Palabra "Pura e Inalterable " de Dios se convierte en luz, vida y poder transformador.



