Muchas congregaciones cristianas alrededor del Mundo piensan de ellos mismos que son personas buenas delante de Dios, creando un tipo de formalismo religioso. El formalismo es algo que tiene forma o apariencia de algo en lo exterior, pero NO tiene realidad o veracidad en el contenido interior. Los líderes de estas congregaciones normalmente promueven el desarrollo de las emociones en sus miembros, haciendo así que la emotividad de las personas tomen el control de sus sentimientos y acciones (sea ser feliz, estar triste, ser dadivosos o vivir enojado, etc), haciendo de ellos presa fácil para seguir sus creencias heréticas y que acepten lobos disfrazados de oveja, ósea falsos creyentes o ministros.
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Lucas 11:33: "Ningún hombre, que enciende una vela, la pusiere en oculto, ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz."
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