Como seres humanos nos arriesgamos día tras día a vivir desalientos, traiciones, dolores, tristezas, malestares, enfermedades y muchas otras calamidades. Cada uno de nosotros tiene un nivel determinado en que damos muestra de que estamos a punto del desbordamiento de emociones casi por reventar o estallar y sobre todo en muchas otras ocasiones hay un deseo de solo gritar: " ¡Dios, porque NO me ayudas!"...Es posible que usted acaba de recibir una decepcionante noticia como: la de un adiós de un ser querido, la pérdida de un gran amigo, resultados de un examen médico o una noticia devastadora de un miembro de la familia. ¡Nuestras emociones son un desastre en este momento! Somos un desastre de emociones cuando no podemos ¡Creerle a Dios! No sabemos si estamos enojados, tristes, desamparados, o simplemente tenemos un pánico aterrador. Muchas veces nos falta gritar ¡YO LE CREO A DIOS! No importando las situaciones, las circunstancias, no importando nada...y a todo que sentimos o vemos que nos hace sentir mucho miedo, sea del pasado, del presente, y sobre todo también del futuro debemos gritar ¡YO LE CREO A DIOS!. . . Sabemos que no podemos continuar por nuestras propias fuerzas. Necesitamos confiar en el único, perfecto, fiel y que nunca cambia Jesucristo, el Señor.
A veces nuestras emociones son demasiado para nosotros de manejar especialmente cuando se derraman sobre nosotros múltiples sentimientos, los cuales llamaremos ¡Las consecuencias del dolor!...pero no solo las que sufrimos individualmente sino las que impactan a los demás. Una persona por primera, segunda o tercera vez es diagnosticado con cáncer o cualquier otra enfermedad crónica, el miedo comienza a crear pensamientos como los siguientes; que está solo, nadie va a querer una persona enferma, puede quedar paralítico, o puedes quedar ciego o con alguna otra condición que le prive de moverse por sí mismo. Entonces comienza un periodo de rechazo, negación y enojo dirigido hacia los médicos, la familia y a todos los que de alguna forma son el respaldo en momentos de dolor. ¿Alguna vez notaron que el miedo, la ansiedad y el dolor...van de la mano? Sí, están muy relacionados...cuando tenemos miedo los pensamientos unidos a nuestras circunstancias nos hacen sentir aislados o encerrados en un laberinto sin salida. Pero en realidad es que nos distanciamos de la oración, de la lectura de las Sagradas Escrituras y de meditar en las promesas del único Santo...Santo...Santo, nuestro Dios. Las palabras duras (ofensivas o de dolor) se intercambian entre los individuos, a causa del temor de que sean traicionados por las personas que les rodean y los impulsan a hacer muchas cosas que supuestamente van dirigidas a no hacerle daño a los seres que se aman, pero lamentablemente, en la realidad...se les hace más daño y sobre todo se les hace pasar por más duros momentos. La realidad es que nuestra familia y todos los seres que amamos los que tienen que estar más unidos que nunca y hacerle frente como un solo grupo. La Palabra de Dios es clara...leamos en Mateo 18:20 - " Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
El miedo producido por un examen médico genera dolor cuando la enfermedad es confirmada por el médico. Ni siquiera importa si el dolor y o el temor está claramente justificado. . .cuando nos ciega y nos hace que no tengamos nuestra mente capaz de ver que Dios está con nosotros más cerca que nunca...y que sobre todo que ¡EL ESTA EN CONTROL DE TODO!...Lo difícil es creerlo....en medio nuestro dolor...Creer que Dios camina con nosotros cuando estamos pasando por el valle de sombras de muerte y dolor como dice el Salmo 23:4 - "Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo".
La falta de capacidad de una persona deprimida para manejar las exigencias habituales de la vida crea los síntomas de ansiedad – temor, tensión, o presión – y otros síntomas...cuando el miedo o la angustia se apoderan por un segundo - esta excitación nos puede inducir en segundos a un ataque de pánico. El angustiado no es un enfermo sino alguien que quiere decir algo acerca de sí mismo sin saberlo y que con ese fin pone en juego una serie de medios que se convierten en un comportamiento difícil de entender. La angustia es una emoción reconocida como una señal tanto por el sujeto que en sí lo está sufriendo como por los que están más cercanos a la persona. Pero es importante respirar pausadamente hasta que la ansiedad disminuya, irse a un lugar tranquilo, hablar con personas que sean de hablar de la palabra de Dios y de sus promesas y sobre todo repetirse en todo momento !YO LE CREO A DIOS!
El miedo es muy destructivo (como la preocupación, o el pánico, o la desconfianza) y se genera a partir de la anticipación de lo desconocido. A todos nos gusta estar en control de nuestras circunstancias y nuestras actividades. ¿Nos hace estar más enojadso con nosotros mismos cuando no se puede tener el control total? Claro que sí, todos queremos estar en pleno control de nuestras emociones, actividades y todo lo que nos rodea. Pero, cuando comparo mi capacidad humana contra la de un omnisciente, omnipotente, omnipresente Dios, entonces sin necesidad de pensar nada mas le entrego todo mi control. De pronto, mis miedos, mis dolores, mis frustraciones, mis temores, mis angustias, mis cansancios, mis dudas, mis faltas de control y toda situación adversas van siendo disipadas y controladas por la soberanía de un Dios justo, amante y sobre todo ¡¡¡FIEL!!! Salmo 131:1-2 Confiando como un niño - " Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí. En verdad que me he comportado y he acallado mi alma Como un niño destetado de su madre; Como un niño destetado está mi alma. "Cuando estés cansado, abatido y triste recuerda que el Señor nunca te dejará y siempre estará contigo...No te dejes engañar....
Sigue Adelante con el único que nunca te fallará nuestro Señor Jesucristo... NDMinisterioPuraGracia
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